Chimalhuacán, Méx., 19 de Julio de 2016.- La desnutrición en menores de edad es uno de los problemas que más afecta a las poblaciones de escasos recursos, por ello, investigadores de la UNAM elaboraron un suplemento alimenticio.
Marta Menjívar, responsable del proyecto, explicó que este suplemento está basado en semillas con muchos nutrientes como el amaranto, así como la avena, vitaminas y minerales, y está destinado para niños de Chimalhuacán, en el estado de México.
Destacó que en ese municipio encontraron, mediante un diagnóstico entre la población, grandes deficiencias de vitaminas, antioxidantes, desnutrición, y mala nutrición, por ello, se está aplicando este suplemento y verificando su efectividad entre niños vulnerables, explicó la coordinadora de Posgrado en Bioquímica Clínica de la Facultad de Química.
“Detectamos que la mala alimentación en los niños, por la pobreza y el cambio cultural cuando llegan de las comunidades a la Ciudad de México, hace que tengan deficiencias alimenticias”.
La investigadora recordó que este proyecto se llevó a cabo durante más de tres años, mediante el cual se ha analizado la malnutrición de los menores que viven en dicha localidad.
Relató que estos niños, comen poca carne, no deficiente leche, además, sus padres van a trabajar a un lugar lejano a dicho municipio. Por lo tanto, están mal atendidos, y las escuelas tienen un papel muy importante, “hablamos con las autoridades de la Presidencia municipal, y se diseñó una palanqueta con un suplemento, que es fortificar la palanqueta con vitaminas, minerales, antioxidantes y aminoácidos para los niños y supliera las deficiencias que identificamos”.
Los niños de esta parte del Estado de México, presentan una talla baja, sobrepeso y obesidad, lo cual significa que no tienen una adecuada alimentación y para revertirlo, dijo, se diseñó esta palanqueta que se les proporciona en las escuelas.
“Esta palanqueta está medida y diseñada para estos niños. Ya hicimos la distribución de la palanqueta para que después de un periodo de tiempo como un año podamos apreciar la mejoría de los niños que ya están consumiendo la palanqueta”.
Con información de Fundación UNAM
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